Todavía se puede discutir si el vino tiene algún tipo de ventaja para el bienestar.
Sin embargo, los estudios de investigación han demostrado que beber una cantidad modesta de vino tinto, que tiene un contenido de alcohol del 12% -15% diario, ayuda a evitar una serie de afecciones, incluidas las enfermedades cardiovasculares.
Hay que tener en cuenta que existe una fina línea de diferencia entre lo modesto y lo excesivo.
Un consumo excesivo de vino tinto puede ser perjudicial para la salud y el bienestar. Por otro lado, un consumo inadecuado no le proporcionará los beneficios que suelen apreciar los bebedores moderados.
Los investigadores han estudiado ampliamente la copa de vino por sus posibles beneficios para la salud.
Este artículo examina las pruebas de los beneficios del vino tinto, junto con las advertencias sobre la salud y el bienestar, y también habla de si la gente debería beberlo.
Beneficios para la salud de beber vino
Hay doctores que recomiendan el consumo diario de vino tinto para prevenir afecciones de corazón, así como personas aquejadas de colesterol.
Además, propicia la longevidad al contener resveratrol. Este polifenol alarga la vida de las células y posee un efecto antioxidante.
Dicho componente también beneficia al cerebro y prevé problemas como el alzheimer, la demencia o accidentes cerebrovasculares.
A nadie sorprenderemos diciendo que el vino va bien para el sueño.
Si riegas la cena con vino tinto, sus grandes dosis de melatonina (la hormona reguladora del sueño) aumentan la sensación de sueño y pueden ser un sustitutivo de las típicas pastillas para dormir.
A pesar de que un consumo excesivo de vino y otros alcoholes puede llevar a un aumento de peso corporal, lo cierto es que el tinto impide que se formen nuevas células de grasa, al mismo tiempo que contribuye a movilizar las ya existentes.
De esta manera, ayuda a reducir la obesidad y el sobrepeso con el paso de los años.
Si quieres aumentar el placer que ofrece el sexo, no pienses que el vino es un enemigo sino al contrario: un aliado. Está comprobado por diferentes estudios científicos que el consumo moderado de vino tinto aumenta los niveles de testosterona.
Esa hormona se encarga de producir en el cuerpo humano el apetito sexual y la excitación. Eso sí, si te excedes con las cantidades, el vino puede producir el efecto contrario y disminuir esos niveles de testosterona.
Además, disfrutar de un buen vino puede ser en sí mismo una oportunidad para conocer a otras personas amantes del elixir de la uva.
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El vino tinto también hace su labor contra una enfermedad tan grave y letal como es el cáncer. Entre sus propiedades se encuentra la capacidad de reducir el riesgo de cáncer de pulmón, de mama o de próstata.
El ya mencionado resveratrol y los flavonoides son clave para que esta bebida pueda servir como enemiga del cáncer.
En resumen, el consumo del vino no solo debe tener fines recreativos, ya que está comprobado científicamente que, en su justa medida, también puede ser beneficioso para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, así que ya tienes otra excusa para tomar una copita de vino en cada comida.